lunes, 27 de abril de 2015

"TOSCA"


"Tosca", de Puccini, subirá con la puesta en escena de Marcelo Perusso de la asociación BALírica el 30 de abril por cuatro funciones en el Teatro Avenida en Buenos Aires. 
El elenco de "Tosca" estará encabezado por Mónica Ferracani, Enrique Folger, Homero Pérez-Miranda, Christian Peregrino y Sergio Spina. Acompañará el coro de niños Petites Coeurs de la entidad preparado por Juan Casasbellas, con gran orquesta.
Dirección musical: Javier Logioia Orbe
Puesta en escena: Marcelo Perusso
Duración: 2h30



Con su generoso nombre Giacomo Antonio Domenico Michele Secondo Maria Puccini, su ópera Tosca se estrenó en el siglo XX, el 14 de enero de 1900, en el romano Teatro Costanzi, constituyendo un éxito de público en ésa ciudad. Pero la crítica no oyó la aprobación de los aplausos del público y criticó sus truculencias al censurar su "crueldad sádica" y "la brutalidad de su argumento". Acusaciones que resultarían familiares para todos aquellos que tenían asistido quince años antes al estreno de otra gran ópera naturalista: Carmen de Georges Bizet.
Con la noticia de que Puccini estaba considerando escribir la música para una versión de Tosca, fue motivo de júbilo para Ricordi e Illica, tenían probablemente razones distintas de ¿cómo conseguir que Franchetti renunciara al encargo que tenìa como derecho moral y legal sobre la obra de Sardou?, Illica un hombre de mundo tenía una solución y no dudó en aplicarla al saber que Franchetti consciente del éxito que había obtenido como libretista, en Manon Lescaut y La Bohéme, tenía una alta estima en sus opiniones, y aprovechándose de ésa circunstancia se empeñó en desanimarle aduciendo que éste argumento no funcionaría como ópera, apoyando al fracaso de crítica y público le haría mucho daño, y quería convencer al  barón de un libreto digno..., y el barón Alberto Franchetti, finalmente, renunció. 
Illica-Giacosa por su aclamado éxito en la realización del libreto de La Bohéme, puso manos a la obra en una estrecha y nada pacífica colaboración con Puccini que tenía un agudo sentido de lo que era teatro. 
Hacía ya casi una década que estaba de moda el verismo, versión italiana del naturalismo francés, pero Puccini nunca había compuesto algo en éste estilo. 
El éxito en 1890 de Cavalleria Rusticana, de Mascagni, seguido por Pagliacci, único éxito duradero de Leoncavallo, había dejado la puerta abierta, pero hasta Tosca ningún compositor había sabido cruzar su umbral en igualdad o superioridad de condiciones con ellos. 
La obra original de Sardou ya era de por sí truculenta, pero al reducir sus cinco actos a tres por necesidades del libreto, se produjo una mezcla realmente sorprendente, ya que con sólo tres actos había que concentrar un asesinato, una ejecución, torturas, celos, amor, lujuria, resistencia frente a la fuerza de ocupación, la caza de un prisionero fugado y un suicidio, y todo ello encontraba la solución menos esperada que encontró Puccini, y que mejor funcionó: el lirismo. 
A la accíón se sumó la pasión con una música activa y apasionada y destacar la belleza del ser humano, ésa llama que no puede apagar ni la crueldad ni la brutalidad y que nutre la esperanza cuándo todo parece imposible. Para lograrlo utilizó un continuo melodismo que no se limitaba a unas pocas arias, sino que se extendía también al recitativo consiguiendo así una obra de excepcional belleza. 
En la noche a su presentación en Roma se temió que la violencia se extendiera más allá del escenario, ya que poco antes de la hora del comienzo existió tensión ante el rumor de que alguien iba a tirar una bomba en el teatro durante el primer acto, pero ésta amenaza no se cumplió y trás el éxito de la obra se atribuyeron los rumores a la envidia de los rivales del compositor, y desde entonces se ha convertido en una de las óperas más populares de todo el repertorio operístico.
La acción transcurre en Roma, el 14 de junio de 1800 cuándo Napoleón vence a los austríacos al mando del general Michael von Melas en la batalla de Marengo.

Una triste historia por consecuencia al tratar de ayudar a un revolucionario que es perseguido por la justicia y sus consecuencias generan todos los acontecimientos derivados de su acción, donde los amos y sus personajes morirán como Mario ejecutado por un pelotón, a las órdenes del malvado jefe de la policía vaticana y Tosca precipitándose al vacío desde el castillo para no dejarse capturar por los soldados.
La obra está llena de momentos dramáticos y crueldades que no dejan de pasar frente al espectador con mucha realidad donde asesinato, suicidio y tortura están presentes creando una tensión que se la llamó "verista" de final trágico.

En Tosca se manifiesta la lucha del poder y la opresión a la libertad después que Napoleón tenía instaurado en toda Italia la supresión del poder papal en los estados pontificios aprovechando su marcha hacia Egipto, el ejercito de Fernando IV toma Roma para derrotar la república  con feroz persecución de sus seguidores.
Cuándo Napoleón regresa a Europa y cuándo Napoleón tiene que enfrentarse a los austríacos y realistas en la batalla de Marengo y aunque es vencedor las noticias que llegan a Roma lo dan por derrotado y en ése equívoco se basa la trama de Floria Tosca y Mario Cavaradossi en manos del perverso jefe de policía Barón de Scarpia en el entorno religioso y político corrupto deja entrever su intención revolucionaria.
Así la estatua que domina el castel Sant`Angelo es la espada de Damocles que caerá inexorable sobre los protagonistas ante el sonar de las campanas en una angustiante atmósfera de victoria y terror.
Del trío de personajes centrales que forman su eje argumental: Floria Tosca, la diva, Mario Cavaradossi,el pintor, y el déspota Barón Scarpia; luce la interpretación de la soprano Mónica Ferracani en su personaje protagónico un buen caudal de voz y de su registro con sutiles matices en sus instantes más dramáticos bien actuados, destacando su aria más ovacionada en el "Vissi d`arte".
Enrique Folger mostró un Cavaradossi efusivo y vibrante, con cierto histrionismo de tendencia verista en sus arias más importantes, y el barítono Homero Pérez Miranda, el jefe de policía romana perfiló sus recursos vocales que ofreció con nobleza y gestualidad, un Scarpia bien sanguineo que consiguió aceptación en la platea. En cuanto al reparto Christian Peregrino, Sergio Spina, Walter Schwarz y Enzo Romano,entre otros, destacaron lo suyo con eficacia.
Marcelo Perusso se ajustó al libreto pero eligió el detalle que resaltó dar relieve escenográfico con proyecciones sobre un tul en la boca de la escena para lograr un efecto óptico de angulosidad con perspectíva que potenció la sensación espacial de relieve a una iluminación demasiado densa.
El director de orquesta Javier Logioia Orbe marcó los tiempos precisos con su interpretación minuciosa para transmitir emotividad y dramatismo.


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