miércoles, 25 de agosto de 2021

"DIDO y ENEAS" Ópera barroca


Dido y Eneas (del original en inglés, Dido and Aeneas) es una ópera en tres actos con música de Henry Purcell y libreto en inglés del dramaturgo y poeta Nahum Tate (1652-1715), basado en su tragedia Brutus of Alba or The Enchanted Lovers y en el canto IV de la Eneida de Virgilio. Fue compuesta aproximadamente en 1688. 
Relata la historia de amor entre Dido, reina de Cartago y el héroe troyano Eneas, y su desesperación cuándo la abandona. Obra monumental en la ópera barroca, de Henry Purcell que está entre la primera ópera inglesa que debe mucho a Venus y Adonis, tanto en estructura como en el afecto personal.
Dido y Eneas es uno de los dramas trágicos más conocidos de Purcell y quizás de toda la producción inglesa y se estrenó en Londres a principios de 1700.
Una historia de amor extraída del libro IV de la Eneida de Virgilio, sobre la legendaria reina de Cartago, Dido y el caudillo troyano Eneas. Cuándo Eneas y su tropa naufragan en Cartago, él y la reina se enamoran. Pero por envidia a Dido, los dioses se confabulan y le hacen creer al héroe que debe partir y que su destino es refundar Troya. Dido se lamenta amargamente ya que no puede vivir sin su amor, cuándo Eneas decide quedarse, ella lo rechaza y se deja morir. 
El teatro Empire en Buenos Aires estrena el 6 de agosto de 2021, "DIDO y ENEAS" bajo la dirección general de Silvana D'onofrio. Las interpretaciones de Elisa Calvo, Susana Palomeque Flores, Germán Polón, Claudio Rotella, Luchi De Gyldenfeldt y gran elenco, con la Orquesta de la Fundación Musizap y el Coro de Música en Escena. 
Videofilm realizado por Emilio Domec de la obra teatral y musical de Henry Purcell de dominio público.

 

domingo, 8 de agosto de 2021

EVA y VICTORIA

Con dirección de Manuel González Gil (foto: Gabriel Machado).

Por su homenaje del 26 de julio de 2021 en los 69 años de su inmortalidad.
 

martes, 15 de octubre de 2019

"La Decisión"


La obra ficciona un encuentro entre LEANDRO N ALEM y LISANDRO DE LA
TORRE. Ambos murieron por mano propia, ambos representan la génesis del primer partido popular argentino, ambos son considerados víctimas de las malas prácticas de la política en el país. 
La acción transcurre en el departamento de Lisandro donde transita los últimos minutos antes de dispararse un tiro, es allí donde se hace presente el fantasma de Leandro, su padre en la política, con la intención de evitar el hecho.
Dos hombres abrumados por no entender que los poderosos que intentan derrotar son los autores de las reglas que ellos deciden cumplir en la contienda política, éso hace que sus existencias queden a merced de sus propios enemigos.
El conflicto se sostiene a partir de la acción mutua de responsabilizarse uno al otro de sus derrotas. 
El debate se ancla en la idea pura de sus principios morales y éticos cuestionados en la política.
Las contradicciones propias y los intereses ajenos los conducen al destino trágico de los suicidas al no encuadrar sus ideas en el medio y por su desolación. 
A nosotros como actores en la interpretación de Daniel Dibiasi y Aldo Pastur encontrarnos en éste texto de Pacho O´Donnell, la responsabilidad que implica hoy hablar de ésta temática sobre todo en un momento tan difícil de nuestra patria. 
La obra humaniza a los personajes y va más allá de la mística que los encierra, no solamente por el lugar que ocupan en el imaginario social, sino también por el modo en que ellos decidieron terminar sus vidas. En El Tinglado Mario Bravo 948.

lunes, 3 de junio de 2019

La Traviata

La Traviata, de Giuseppe Verdi con Dirección escénica: Ana D'Anna. Dirección musical: Antonio Maria Russo. Elenco: Carolina Gómez, Ivana Ledesma (Violetta Valéry), Sebastián Russo, Pablo Urban (Alfredo Germont), Ernesto Bauer, Juan Font (Giorgio Germont), Josué Miranda, Pablo Urban (Gastone), Rocío Arbizu (Flora Bervoix), María Almeida (Annina). Juventus Lyrica. En el Teatro Avenida de la última función: 1 de junio 2019.


La Traviata con música de Giuseppe Vedi, libreto de Francesco Maria Piave está inspirado en la Dama de las Camelias de Alexandre Dumas, estrenada en 1853 en el teatro La Fenice de Venecia.
En el siglo XIX se consagran las mujeres domésticas y las de vida fatal entre la diferencia de la sociedad burguesa y capitalista que determina el tránsito de un nueva sociedad. Se imponían la inferioridad de condiciones en la mujer prohibiendo reuniones públicas, se abolió el divorcio y se buscó la pureza individual y perfección, existiendo el "angelismo" para los hombres como estado superior descarnado para jóvenes virtuosas, convertido en doctrina por la Iglesia en 1854.
La literatura contestó con la misoginia en historias femeninas contrarias a Diderot y Shopenhauer que formaron ése paradigma, pero hubo otros como Voltaire y Saint Simon que se opusieron y la creación literaria contestó a la misogenia con ideas renovadoras del feminismo en 1850 con Georg Sand.
En ése contexto Marie Duplessis con 13 años llega a París huyendo del maltrato familiar y diez años después muere de tuberculosis, entre tanto conoce a Alejandro Dumas (h) que fue su amante y la inmortaliza en "La dama de las Camelias" como Margarita Gautier. La novela emocionó a Verdi que la renombró como Violeta Valery donde ofrecía fiestas suntuosas en su mansión Grand Palace y en la obra Violeta es aceptada como objeto de placer refinado para la sociedad burguesa.
Allí reside su tragedia con sus propios amantes de pseuda honradez que la condenan cuándo ella aspira a un amor verdadero que ésa sociedad venera, donde los prejuicios y apariencias la humillan y obliga a sacrificar su felicidad. Se cuenta que Marie Duplessis fue amante de Franz Liszt que sentía atracción y sus personajes subyacen como fuerza antagónica, cuándo Violeta claudica ante su padre ante el amor por Alfredo, y no contara con la fuerza que mantiene la vida, en la vida.


A modo de preludio a telón abierto los que ingresan a la sala perciben el movimiento de personas paseando observando muebles, sillas, algún alhajero y un piano central con copas como presumiendo una subasta terminada, después de una exhibición el telón cierra y cuándo abre con los mismos elementos que tenía la subasta, está Violeta con la fiesta a pleno con una gran cúpula que supone el Grand Palace de gran sobriedad ante sus invitados. La puesta gira sobre el eje de Violeta, una mujer de endeble salud que brilla en la adversidad, y más aún en el centro de una fiesta hostentosa.










La soprano Carolina Gómez desempeña un rol sobrio y se sobrepone su actuación con su potente voz con excepcionales variaciones agudas, que va delineando su personaje con excelencia. Su amado Sebastián Russo, encarnó a un Alfredo con pulcritud vocal y con una actitud dramática apocada sin deslucir. Ernesto Bauer interpretó a un gran Giorgio Germont, y junto a Gómez lograron emotivos dúos muy atractivos.


El resto de los intérpretes cumplieron sus roles y su desempeño con suficiencia adecuada. De puesta muy escueta y simple con back proyecciones casi sin escenografía ampulosa, pero sobria. D'Anna logra montar distintos ambientes: al comienzo la bella cúpula para la fiesta, luego un bosque de árboles en otoño que nos indica el advenimiento de la tragedia, y al final una ventana con la tímida luz que se filtra, nos predispone a que Violeta está próxima a un triste final y que la poca luz hace sentir la intimidad de los solos y dúos, nos predisponen al desenlace trágico.
La orquesta ejecutó con corrección y brindó contrastes musicales de escuetos tempi, de los temas con lirismo y sofisticación bajo una correcta dirección.
Juventus Lyrica inicia la temporada con una obra clásica de buen nivel en conmemoración de su 20º aniversario, con una fiesta sobre el escenario para coronar una magnífica velada operística para recordar.



domingo, 4 de noviembre de 2018

Locura de "HAMLET"


Con "Hamlet" la ópera en 5 actos de Ambroise Thomas, "Juventus Lyrica" cierra la temporada 2018 en el teatro Avenida con el acontecimiento participativo de la Opéra 2Day holandesa en conmemoración a los 150 años de su estreno en París. El material orquestal fue cedido por el archivo del Theatre Francais de La Haye donde se representó 153 veces de su estreno hasta el año 1919.
Ésta obra también se presentó en el T. Colón en 1937 y también formó parte de la inauguración del Teatro Colón en 1908 con el título de "Amleto" que anunciaba en su concierto al cantante Tita Ruffo en su debut en Baires.
En la versión de Ambroise Thomas después de 80 años responde a la exigencia francesa con la adaptación de Alejandro Dumas que cambia el original de Shakespeare, por tener un final afortunado de la supervivencia del héroe, donde no muere sino es coronado rey, tras 400 años en que intentó iluminar la injusticia de su época con reflexiones sobre el destino del hombre y su existencia, religión y política.


Para el público inglés era inadmisible el cambio final a la manera que Thomas escribió precipitado, al eliminar 3 carillas de la música al hacer morir el protagonista perdiendo mucho del talento de Thomas. No obstante con dos finales la ópera continuó su furor durante mucho tiempo, pero después de 1920 cayó en desuso atribuído a los ballets al extender la duración del final victorioso de la obra. 

                                               
     






Tal vez el Hamlet es el personaje más importante de la cultura después del propio Cristo. El príncipe de Dinamarca es un manantial inagotable del pensamiento sobre el destino del hombre y su poder junto a la existencia de Dios, sus leyes y también el amor y la muerte. La versión del Hamlet, príncipe de Dinamarca de 1600/1 su dramaturgia aborda la conocida historia de Amleth, un príncipe haciéndose pasar por idiota logra destronar al tío que había asesinado a su padre. Para ésa época Amleth o Hamnet eran nombres populares y sinónimos de sagacidad y astucia y al dramaturgo le gustó tanto, que en 1585 le puso a su hijo el nombre de Hamnet, y en ésa primera versión concluye la obra bien con Hamlet vivo y vengador de su padre. Hamnet, el hijo de Shakespeare muere a los 11 años de edad y poco tiempo después muere John, su padre y entonces Shakespeare reescribe su Hamlet que lucha y ensaña con su fuerza creativa y pensamiento político, filosófico y religioso. Su riqueza conceptual es comparada con la adaptación posterior del libreto con monólogos que desplazan la existencia humana con matices contundentes al drama.



Con el soliloquio de Hamlet en su locura con Ofelia con todo su vuelo poético que Thomas resuelve con el suicidio del personaje sobre el final con un impacto musical que pone nervioso a cualquiera cuándo Claudio, culpable es mejor rey que el padre de Hamlet y mejor marido para su madre, y la reina, Laertes, Polonio y Ofelia morirán sin ser culpables porque la violencia desencadena el primer crimen que no podrá terminar hasta cobrarse la última víctima, hasta el príncipe ése hombre con lucidez y cualidades de estadista que otro haya ocupado su trono.















Hamlet perdió el velo de la ilusión y de la esencia de las cosas cuándo se da cuenta que no puede cambiar nada; "Let it be" sentencia antes del duelo con Laertes. Tampoco puede amar a Ofelia porque donde reina el crimen no tiene lugar el amor, y Shakespeare sabe que proclamar el poder divino es un poder maldito y para ponerse la corona es someterse a su maldición.


El final de la obra es el triunfo del caos y la injusticia y que podría tener para Shakespeare un final victorioso consciente de la futilidad humana contra la providencia divina de la muerte en tensión con el amor del poder necesario para el orden social se cobraría sus víctimas una y otra vez. Con música de Ambroise Thomas y libreto de Michel Carré y Jules Barber en adaptación y dirección escénica de María Jaunarena, con la dirección musical de Hernán Schvartzman, integra el elenco con Hamlet (Armando Noguera), Ofelia (Laura Pisani), Claudio (Mario de Salvo), Gertrude (Sabrina Cirera), Laerte (Santiago Burgi), Fantasma (Felipe Cudina Begovic), Polonio (Gabriel Carasso), Horacio (Gabriel Vacas), Marcelus (Maico Hsiao) Sepulturero (Gabriel Carasso).


viernes, 26 de octubre de 2018

ENOBARBO y el banquete de cerdo



La dramaturgia de Alejandro Acobino en ENOBARBO (seudónimo que utilizó Nerón y también pertenecía a los banquetes de carne de cerdo que ofrecía a sus invitados), es uno de los hechos artísticos que presenta el TNC - Cervantes en la temporada 2018, donde el autor ambienta su obra en la antigua Roma durante el imperio de Nerón sobre su final de vida y de sus veleidades artísticas, y Séneca como filósofo inspirador mueve todo el entramado de la corrupción gestado por Agripina y su sirviente Atticus que lo induce en la teatralidad, que usará para imponer su neurótico dominio hasta ver incendiada a Roma. 














La obra de Acobino es recuperada por su hermana María Gabriela a través de quién fuera su maestro Mauricio Kartun, después de su suicidio en Pensada para ser interpretada por Osqui Guzmán quién también asume la dirección en los entre telones, en su contexto como grotesco-farsa está bien estructurada la actuación de los personajes con un Nerón en el comienzo algo sobre actuado como gay pero que luego va ajustando su interpretación en el decorrer de la obra con buena solvencia, controlando una alta dosis de neurosis del personaje. Agripina moderada pero solvente y Séneca destaca su sobriedad en la composición actoral, el resto se desenvuelve sobriamente. 


Una obra para el disfrute y la perdurabilidad en el tiempo el espectador se siente identificado con la perdurable trama que llega hoy con toda vigencia para identificarnos que la vida misma es una obra teatral siempre.













Como Atticus Osqui Guzmán, Nerón Pablo Fusco, Agripina/Popea los roles serán de Leticia González de Lellis, Séneca Pablo Seijo, Petronio Javier Lorenzo, Burrus Fernando Migueles y el guardia Sphorus-Otón, Manuel Fanego integra el elenco dirigido por Osqui Guzmán.


sábado, 20 de octubre de 2018

Sagrado Bosque de Monstruos


Elenco; Marilú Marini, Diego Benedetto, Rodolfo de Souza, Ernesto Donegana, Cristian Jensen,  Juan Gabriel Miño, Iván Moschner, Matías Pisera Fuster, Camilo Polotto, Eugenio Schcolnicov. Música; Nicolás Varchausky.  Escenografía y Vestuario; Oria Puppo. Dirección; Alejandro Tantanian.


Trás un coloquio filosófico previo con Hugo Mujica a la representación, Marilú Marini recuerda tener estudiado la vida de la santa Teresa Sánchez de Cepeda y Ahumada ó Santa Teresa de Ávila cuándo ella merodeaba en la década de los 60 al Instituto Di Tella, centro de arte de la vanguardia en la "era hippie" de aquél momento. Allí Roberto Villanueva en el año 67 comentándole de su proyecto que estaba recopilando sobre la vida de Teresa de Ávila, la indujo elaborar una obra que revindicara el feminismo, y que ahora llegó la hora.
Como protagonista de su vida Marilú Marini es una sacerdotisa que reencarna con un sello de magia al poner el personaje a su servicio ingresando en él, recordando ésto; "envuelta entre las sombra de diversos divinos y profanos de una vida milagrosa, pero sintiéndose libre".
Esta obra como experiencia supera lo teatral para llegar a lo personal como mensaje religioso que puso fuerza en la oración buscando el convento para su creatividad de escritora terrenal, cuándo en el siglo XVI las decisiones las determinaban los hombres.


El espacio sagrado era para Teresa los silencios que buscaba en el convento para leer y la ayudaba a reflexionar, (como para María Guerrero fue el teatro), es decir que lo sagrado y profano es lo que cada uno construye como su lugar propio para vivir.
Su contradicción polémica fue la búsqueda en toda la humanidad con el sentido de la razón y sus emociones y visiones en la vida desaforada llegó atesorarlos.
Es una representación teatral onírica y mutante que desafía a la Iglesia Católica con la pasión religiosa al diferenciar al espectador encontrarse en las gradas del escenario y los actores representan sobre una tarima (en la platea de la sala María Guerrero del teatro Cervantes), con música de la cantante mexicana Julieta Villegas generando un espacio dentro del mismo para recrear una abstracción casi diabólica en que Teresa se transmuta para encontrarse con Dios y sentirse terrenal.


Teresa trabajó por la libertad de las mujeres y se manifestó en esa convicción durante varios siglos hasta encontrar el contexto de la lucha de hoy.
Funda la Orden de las Carmelitas Descalsos y construye 17 conventos en el siglo XVI.
Marilú resume; "fue para mí el contacto con lo mítico y lo espiritual así como un trabajo de experiencia porque no fue alguien que estuvo recluída sobre sí misma, sino que se conectó con la realidad al hacer obras. Fue una mujer de acción más allá de su camino espiritual".  
Escrita por Inés Garland y Santiago Losa y dirigida por Alejandro Tantanian, tiene la visión del personaje de Teresa como una luchadora contra los molinos de viento en un espacio para recrearlo con el sentido de la vida misma de su protagonista y la evocación que se produce fusionando la dramaturgia con la vida mística, que se inundan de mágicos conceptos de la condición humana destacando la libertad por sobre todo.
La obra busca la reconstrucción de la vida del ser humano como así su mano izquierda que trás un largo peregrinar siempre era buscada hasta que en 1976, la mano fue entregada de nuevo al Convento de las Carmelitas de Ronda.
El relicario que es de plata, con joyas incrustadas y que data del siglo XVII, tuvo una transformación en la época franquista, ya que el dictador mandó colocar en la base de la misma (en la muñeca), la Cruz laureada de San Fernando, que le había sido concedida el 19 de mayo de 1939, para terminar la Guerra Civil, con el denominado desfile de la Victoria por la Castellana de Madrid.
  

La reliquia de la mano de Teresa de Ávila llega a ésta traficada en un barco escondida entre las medias y maquillaje de María Guerrero, ésa mano dorada llevaba anillos como un tesoro personal.
Durante la construcción del teatro Cervantes enterró la mano por la madrugada en secreto en un lugar que ella conocía y consiguió recordar. Algo mareada caminó como perdida, como si la mano enterrada le hubiera arrebatado la conciencia.
El entierro en el Cervantes fue para que Santa Teresa protegiese el destino del teatro y el edificio con la izquierda, ya que Franco poseía la derecha con la que férreamente gobernó.
Cuando ésta mano salió a la luz, fue con señal de fuerza para terminar con un tiempo de oscuridad y dar paso a lo nuevo, y progresar con ésa mano hecha en oro y fuego que trae la poesía, y luz de esperanza.