sábado, 7 de junio de 2014

"CORTEO" proeza con alegría en el Cirque du Soleil


Si bien Corteo es el funeral de un payaso, en la rutina que conforma el show, los intérpretes son acróbatas y malabaristas, con una rutina disciplinada y exigente al verlos a este trío de payasos, los niños se sienten felices cuando recorren la platea entre la gente, un espectáculo que presenta el 6 de junio el Cirque du Soleil en su quinta visita a Buenos Aires.

El director, coreógrafo, régisseur y clown Daniele Finzi Pasca quiere hacer un homenaje al circo tradicional y a uno de sus grandes protagonistas, el payaso, el artista crea una historia a partir del funeral soñado/imaginado por un clown llamado Mauro que tiene varios diálogos interactuando con los ángeles que rodean su muerte vigilan en silencio,  para un deslumbrante cortejo (corteo en italiano) fúnebre, un desfile lleno de alegría, una procesión festiva de un payaso que imagina su propio funeral en un ambiente divertido,y el continuo desfile de ángeles en Corteo enlazan lo humano con lo celestial, con su primer número llega una danza aérea acrobática con cuatro bailarinas enrolladas en enormes candelabros.

El espectáculo combina la pasión con la estética y la fuerza de los acróbatas que sumergen a los espectadores en un mundo onírico y misterioso que mezcla diversión, comedia y espontaneidad en algún lugar entre el cielo y la tierra con un elenco que CORTEO incluye a 60 artistas de 19 países distintos.
Entre ellos está el argentino Victorino Luján, el payaso gigante de 2,10 metros que cambió su rumbo de la liga nacional de básquet, por la actuación circense luego hacer unos talleres con el maestro Marcelo de Bellis, y Luján ya que no tiene una formación estrictamente de clown y se define como “ Actor, diletante de manera de cantar y aprendiz de acordeonista ”. Algo parecido sucede con el brasileño Marcelo Perna, el “payaso blanco”, nacido en Florianápolis, cuyo rol es mantener el orden de su troupe. “Venía de la comedia, aunque en Brasil para ser actor tenés que hacer de todo. Es la primera vez que hago un clown”, confiesa. Tanto el argentino como el brasileño enviaron un video con sus rutinas a Canadá y trás un casting fueron seleccionados. Luján está de gira desde el estreno de Corteo, hace nueve años; Perna se sumó hace un año y medio.
El vestuario y el maquillaje del show también responde a la estética italiana renacentista.“Es bastante natural y real, tanto en el diseño como en los trajes”, señala Ellen Flatters, jefa de vestuario del show. En el circo el payaso recuerda su vida: los buenos momentos, los amores, la juventud, y la niñez que son las cosas que nos marcan, y es donde "Corteo" rompe con el modelo del circo al llevarnos a Italia en una época romántica.
Corteo sube de revoluciones a partir del trepidante "Paraíso en el trapecio" que provoca aumentar las pulsaciones por el vértigo que al ver a tres artistas fornidos colgados boca abajo, y lanzar unas trapecistas a varios metros de altura a veces sin mirar.
Así como en un sueño, por el escenario pasan mujeres en camas elásticas donde los acróbatas saltan, caballos que actúan como personas, una marioneta humana, o una lluvia de pollos de paño. Pero la intervención más aplaudida es la pequeña payasa Valentina, quién flotando en globos de helio gigantes acompaña a Mauro en un segmento cómico donde la participación del público impulsa al personaje a volar.
En el repertorio circense salpicado de más humanidad es de los liliputienses Gregory y Valentina que son capaces de un exigente contorsionismo como así en representar una jocosa escena de Romeo y Julieta, la parejita se muestra en éste Corteo que aúna poética y teatralidad con un virtuosismo no siempre infalible.
A tantos años de aquella primera noche, Finzi Pasca siente que Corteo es un trabajo que todavía está vigente. De los artistas que estuvieron en el inicio de éste cortejo todavía hay algunos en escena, pero como siempre sucede en todas las producciones del Cirque, hay un extenso tiempo dedicado a la creación, al ensayo, y a la puesta a punto en cada espectáculo.

jueves, 5 de junio de 2014

"Adriana Lecouvreur"


Del repertorio verista menos realista de Francisco de Cilea está la historia de la célebre actriz francesa del Siglo XVIII  Adriana Lecouvreur que representa la ópera por tener una nobleza melódica y es favorita de los mejores intérpretes por su fuerza y emotividad, será presentada por segunda vez por BAL en su temporada 2014 en el Teatro Avenida que estrenará el 6 de junio.
El elenco está integrado por Virginia Wagner, Eric Herrero, Adriana Mastrángelo, Omar Carrión, Sergio Spina, Christian Peregrino y elenco, acompaña el coro Buenos Aires Lírica con la Dirección musical de Carlos Vieu, y puesta en escena de Crystal Manich con una duracion de 2h30m.
Del repertorio verista de Puccini está es la historia de la célebre actriz francesa del Siglo XVIII que representa la ópera al tener una nobleza melódica y es favorita de los intérpretes por su fuerza y emotividad, será presentada por segunda vez por BAL en su temporada 2014 en el Teatro Avenida.
El elenco está integrado por Adriana Mastrángelo,Virginia Wagner, Rubén Conde, Christian Peregrino, Omar Carrión, Erich Herrero, Sergio Spina y elenco, acompaña el coro Buenos Aires Lírica con la Dirección musical de Carlos Vieu y puesta en escena de Crystal Manich con una duración de 2h30m.


Adriana Lecouvreur es una ópera que trata la vida teatral de la actriz principal de la Comédie-Française, Adriana, como la protagonista en la vida real, se convierte en la víctima de la clase alta de París de 1730, y así Adriana Lecouvreur (1692-1730) narra en forma imaginaria los últimos días de una célebre actriz francesa cuyo final verdadero está sumido en el misterio. 
Francesco Cilea compositor nacido en Palmi, Calabria, en 1866, realizó Adriana Lecouvreur sobre un libreto de Arturo Colautti, basado en el drama homónimo de Eugène Scribe y Ernest Legouvé. 
El estreno ocurrió en Milán en 1902 al traer un reconocimiento por el intenso trabajo, al tiempo que fue lanzado al estrellato a Enrico Caruso, que la interpretó en esa oportunidad con el rol de Maurizio.
Adriana Lecouvreur es una ópera que trata la vida teatral de la actriz principal de la Comédie-Française, Adriana, como la protagonista en la vida real, se convierte en la víctima de la clase alta de París de 1730.  
El espectador percibe los hechos teatrales al identificarse con la vida cotidiana de los personajes que habitan el mundo de la ópera y la acción explora la máscara de la sociedad, de los peligros del amor y la posibilidad de la belleza de la vida después de la muerte.
El mérito de ésta fantasía posromántica reside enteramente en la encantadora música de Cilea, influenciada por Massenet y con la orquestación de Cilea la distingue por su chispa y finalmente, Adriana Lecouvreur es un espectacular despliegue de grandes voces y virtudes justificando el lugar que ocupa junto a las renombradas óperas de Leoncavallo, Mascagni y Giordano. 
Cilea dedicó la segunda mitad de su vida a la enseñanza y falleció en Varazze, cerca de Génova, en 1950.
En el Teatro Colón de Buenos Aires Adriana Lecouvreur se representó por última vez en 1994. Buenos Aires Lírica la presentó en 2005, en una versión protagonizada por Myriam Toker, Gustavo López Manzitti, Victor Torres y Cecilia Díaz, dirigida por Mario Perusso, y en ésta segunda oportunidad será la dirección musical de Carlos Vieu y puesta en escena de Crystal Manich.

 









Sinopsis de la obra

La acción en París, en la segunda década del siglo XVIII.
PRIMER ACTO. En la Comédie Française. 
El príncipe de Bouillon espera a la actriz que admira, la Duclós. Otra actriz, la famosa Adriana Lecouvreur, mientras se prepara para salir a escena, le cuenta a Michonnet -el director de escenario- que está enamorada de Maurizio, conde de Sajonia. Llega Maurizio y declara su amor a Adriana. Convienen encontrarse después de la función y ella le obsequia un ramo de violetas.

El mensaje de una mujer pide a Maurizio un encuentro que es interceptado por el príncipe de Bouillon, quién cree que proviene de otra interesada en Maurizio: la actriz Duclos, pero la remitente es la princesa de Bouillon.
SEGUNDO ACTO. La villa de la Duclós junto al Sena, en la proximidad del Hotel de Bouillon. 
La princesa espera la llegada de Maurizio. Cuando aparece ella, exige que le confiese si está viendo a otra mujer. Él le asegura que no y le obsequia el ramito de violetas que le ha dado Adriana. Por su parte el príncipe, intentado dejar en evidencia a los amantes, ha organizado una velada a la que ya están llegando los invitados.

La princesa se esconde hasta que Maurizio le facilita la huida, y entretanto ha llegado Adriana, quién accede a colaborar con Maurizio. Aunque ninguna de las dos mujeres ofrece una pista ni tampoco se ven, ambas sospechan mutuamente de que son rivales en el amor de Maurizio.
TERCER ACTO. En el Hôtel de Bouillon. 
Durante la velada del príncipe de Bouillon la princesa reconoce la voz de Adriana como la de la mujer que le ayudó a escapar. En la certeza de su rivalidad, las mujeres se enfrentan de modo cada vez más violento: la princesa le muestra a Adriana el ramo de violetas ahora marchito y la actriz, en represalia, recita una escena de Racine, obvia alusión a la inmoralidad de la princesa, y ante ésta ofensa la princesa de Bouillon jura venganrse.

CUARTO ACTO. La casa de Adriana. 
La compañía teatral, encabezada por Michonnet, visita a Adriana para celebrar su cumpleaños. Uno de los regalos es el envío anónimo de un cofre que contiene violetas marchitas, acompañado de una nota de Maurizio. Herida por lo que interpreta como la devolución de Maurizio, las besa y las arroja al fuego. Inmediatamente comienza a sentirse mal: en las flores había algo extraño.
Llega Maurizio y le asegura que el envío no es de él, que quiere casarse con ella, pero es tarde; Adriana comprende que la princesa la han envenenado con las flores. Canta su última escena, “Ecco la luce”, y muere.

Virginia Wagner mostró eficacia en el rol central y lució en la emblemática aria de entrada en “Poveri fiori” con sentida interpretación de sus buenos recursos vocales. También la "princesa de Boillon" con la mezzosoprano uruguaya Adriana Mastrángelo en su rol (de princesa vengativa) tuvo excelente relieve vocal y expresividad actoral, con alguna tendencia estridente en las notas extremas.
Prometedor el Mauricio, "Conde de Sajonia" el desempeño del tenor brasileño Eric Herrero, en su segunda temporada con la entidad. Algún perfeccionamiento en la línea de canto y articulación sería ventajoso para redondear la homogeneidad de su voz, reveladas en arias como “La dolcissima effigie”, cuya melodía sirve de leitmotiv del personaje Mauricio que creara en el estreno mundial en 1902 en el Teatro Lírico de Milán, el gran Caruso bajo la dirección de Cleofonte Campanini.
Correcto el desempeño vocal y escénico del barítono Omar Carrión en "Michonnet" como el director de la Comédie, también el "príncipe de Bouillon", el bajo Christian Peregrino y el "abate de Chazeuil" con Sergio Spina como tenor, también eficaces el resto de los integrantes.
La representación sin dudas resultó acertada con la experta y puntual batuta del maestro Carlos Vieu quién plasmó una versión con estilo pleno de melodismo y obtuvo un buen ajuste en sus intérpretes.
Muy simple y sobria fue la puesta escénica de Crystal Manich con una mirada respetuosa y coherente de la ambientación, consiguiendo rescatar los mejores momentos en el cuarto acto con el último dúo de amor observado sin esperanzas por la impactante muerte de Adriana.