martes, 16 de septiembre de 2014

Los Cuentos de Hoffmann


La tercer obra de la temporada de Juventus Lyrica es "Los Cuentos de Hoffmann", la ópera inconclusa del músico Jacques Offenbach que dejara antes de morrir en octubre de 1880, y se representará el 12, 14, 18 y 20 de septiembre en el teatro Avenida de Buenos Aires.
El futuro “Mozart de Champs-Elysées” que así fuera llamado llegaba a los 14 años a París con el único objetivo de ingresar en el célebre conservatorio de música parisino, pero la prohibición de aceptar extranjeros derrumbó sus ilusiones.Offenbach era alemán y sin embargo, el director del Conservatorio Luigi Cherubini ordenó personalmente bajo su exclusiva responsabilidad que se hiciera una excepción para que pudiera entrar, y no equivocó su presunción. Aquel talentoso adolescente revolucionaría el mundo de la ópera con una serie de comedias musicales que se convertirían en éxitos inmediatos y de su mano nacería el género de la opereta. Pero no conforme con la victoria de sus composiciones, sobre el final de su vida demostró que aún no lo había dicho todo, y basándose en los relatos fantásticos del genial E.T.A,Hoffmann de la obra del propio Barbier y Michel Carré fueran adaptados de los cuentos operísticos de Der Sandmann, el Violin de Cremona y Las aventuras de Nochevieja. Hoffmann escribió un drama de grandes proporciones y su resultado fue una de las más grandes obras maestras de la lírica universal: Los cuentos de Hoffmann se completó en 3 actos, con un prólogo y un epílogo estrenada en la Ópera Comique de Paris en 1881.

Argumento

Prólogo
Taberna de Luther en Nuremberg

La Musa revela a la audiencia que su propósito es atraer la atención de Hoffmann sobre sí misma, y hacer que abjure del resto de sus amores, de manera que él pueda dedicarse plenamente a la ''poesía''.
Entra el consejero Lindorf, la primera de las representaciones del mal en la ópera, la némesis de Hoffmann. Soborna a Andrés, para que le dé una carta, que la prima donna Stella ha enviado a Hoffmann, junto con la llave de la habitación. Lindorf pretende reemplazar a Hoffmann en el encuentro y Lindorf canta el aria "En los papeles".
Entra un grupo de estudiantes, entre ellos Hoffmann y Nicklausse. Hoffmann, al principio tiene un aire reflexivo, pues acaba de oír a Stella cantando en ''Don Giovanni'', y respondiendo a las peticiones de los presentes, canta solo (música) y con Coro "Érase una vez en la corte", una historia cómica sobre un enano, Kleinzach, pero su inspiración romántica le lleva, en medio de la canción, por otro camino, y canta su afán en pos del amor. Poco después Hoffmann ve a Lindorf, que se burla de él, y Hoffmann reconoce en Lindorf las fuerzas del mal que siempre le han acosado y ambos intercambian insultos.
Los estudiantes se interesan por las historias de amor de Hoffmann desatendiendo el aviso de Luther que el telón va a levantarse para el siguiente acto de la ópera, Hoffmann empieza a hablar de sus tres amores: "El primero se llamaba Olimpia".

Acto I
Salón en casa de Spalanzani.


El primer amor de Hoffmann es Olimpia, una autómata creada por el científico Spalanzani. Hoffmann se enamora de ella, sin saber que es una muñeca mecánica y quiere vivir con ella. Entra Nicklausse y advierte a Hoffmann que el único interés de Spalanzani es la ciencia y que construye muñecas que parecen vivientes: "Una muñeca con los ojos esmaltados". Hoffmann se niega a creer lo que le dicen.
Entra Coppelius, que ha creado a Olimpia junto a Spalanzani, y es la encarnación de Némesis y le vende a Hoffmann gafas mágicas que hacen que Olympia parezca una mujer real.
Regresa Spalanzani, sin ser oído por Hoffmann, y Coppelius le reclama la parte que le corresponde de lo que Spalanzani ha ganado con Olimpia, pues sus ojos los hizo Coppelius. Spalanzani paga a Coppelius con un cheque librado contra un banquero que está en bancarrota y el inventor se marcha a cobrarlo.
Llegan los invitados para la presentación de Olimpia y Spalanzani anuncia que Olimpia va a cantar con acompañamiento de arpa.
Se trata de la "Canción de la muñeca" y "Los pájaros en la enramada"-, un aria que es una de las más famosas de la ópera, pero Olimpia se detiene de vez en cuándo, y Spalanzani tiene que darle cuerda para poder continuar.
Los invitados se marchan a cenar y Hoffmann, queda a solas con Olimpia que le canta amorosamente. Él toma su mano y ella se levanta y sale rápidamente de allí.
Entra Nicklausse é intenta advertirle pero Hoffmann se niega a escucharlo, llega también Coppelius al tener comprobado que el cheque de Spalanzani no tiene valor y viene dispuesto a vengarse y para ello se oculta.
Vuelven los invitados al baile que comienza y Hoffmann toma a Olimpia por pareja; danzan un rato, pero la muñeca gira cada vez con más rapidez y Hoffmann queda exhausto y aturdido, cae al suelo y sus gafas se rompen. Al mismo tiempo, Coppelius aparece y se lleva a Olimpia, como castigo porque Spalanzani le había timado sus honorarios pero se oye un ruido de maquinaria rota: es Coppelius que ha destrozado a Olimpia y Hoffmann, horrorizado toma cuenta que se había enamorado de una autómata y los invitados se burlan de él.

Acto II
Se señala como Acto II el episodio de Antonia, siguiendo el orden inicial de Offenbach.
Habitación en casa de Crespel, en Múnich.

La muerte de Antonia (Acto III) en la producción original del año 1881.
Antonia ha heredado de su madre su bella voz y está sentada ante un clave, canta una triste canción:- "Ha huido la tortolita".
Crespel, su padre entra y le recuerda su promesa de no cantar, pués padece tisis y se agrava si canta. Antonia se marcha, después de renovar su promesa y Crespel ordena a su criado Franz, que es sordo, que permanezca con su hija y no deje entrar a nadie en la casa. Cuándo se marcha, Frantz canta - "Día y noche"-, una canción cómica.
Entra Hoffmann acompañado de Nicklausse que ha estado buscando a la joven Antonia desde hace meses, y Hoffmann está enamorado de ella. Sale Antonia y quedan los amantes; ella le cuenta que le han prohibido cantar, pero él insiste que lo haga y ella se pone ante el clave y ambos cantan el dúo que había iniciado Hoffmann, pero al final ella desfallece y al oír a su padre se marcha a su habitación, mientras Hoffmann se esconde.
Crespel regresa, llega el doctor Miracle, la Némesis quién fuerza a Crespel a dejarle curar a Antonia, a pesar de que éste sospecha que mató a su esposa.
Hoffmann escucha la conversación y así descubre que Antonia puede morir si canta demasiado y le diagnostica la enfermedad de Antonia en su ausencia y a pesar de las protestas de Crespel le receta un remedio que Antonia escucha entre bastidores su propia voz.
Miracle no se inmuta ante los furiosos intentos de Crespel pero éste, al final, logra echarlo de allí.
Antonia encuentra a Hoffmann solo y éste promete a su amada que debe olvidar sus sueños de llegar a ser una gran cantante, y Antonia accede al deseo de su amante - "Yo no cantaré más".
Una vez que Antonia se queda sola, reaparece el doctor Miracle como por arte de magia y le dice de su talento no debe perderse, y aclara que Hoffmann está sacrificándola con su brutalidad y la ama sólo por su belleza.
Con poderes místicos, el doctor Miracle dota de vida al retrato de la madre de Antonia, que le habla a la muchacha, ordenándole que cante, mientras Miracle toca endiabladamente el violín. Al final, Miracle desaparece y el retrato recobra su forma natural y Antonia cae el suelo agonizando "¿Tú no cantarás más?... Querida niña"?.
Crespel habla con su hija antes de que muera, y cuándo aparece Hoffmann, Crespel quiere matarlo creyendo que es el causante de la muerte de Antonia, mientras Nicklausse va a llamar a un médico y Miracle aparece como respuesta a la llamada.

Acto III
Salón de fiestas de un palacio en Venecia.

Nicklausse y la cortesana Giulietta cantan en la barcarola con la concurrencia de asistentes la "Bella noche" y Hoffmann canta un alegre brindis "Amigos, el tierno amor".
Quedan solos Nicklausse y Hoffmann, y Nicklausse advierte a su amigo que no cometa locuras.
Entra Dapertutto, la encarnación del mal en éste acto.
Cuándo se queda a solas, saca un diamante que ha prometido a Giulietta si consigue que Hoffmann le entregue su imagen en un espejo que "Brilla, diamante". Aparece Giulietta y Dapertutto le pide que cautive a Hoffmann, para que él pueda capturar su alma robando su imagen en el espejo. Ella acepta.
Entra Schlemil con Pittichinaccio, Nicklausse, Dapertutto y otras personas.
El celoso Schlemil  es una víctima de Giulietta y Dapertutto (le dió a Giulietta su sombra). Schlemil desafía al poeta a un duelo, que resulta muerto y Nicklausse quiere llevarse a Hoffmann lejos de Venecia y sale a buscar los caballos.
Mientras que Hoffmann se encuentra con Giulietta y no puede resistirse a ella le entregue su reflejo, sólo para ser abandonado por la cortesana, para placer de Dapertutto y allí Hoffmann le dice a Dapertutto que su amigo Nicklausse vendrá y lo salvará.
Dapertutto prepara un veneno para librarse de Nicklausse, pero lo bebe Giulietta por error y cae muerta en los brazos del poeta (Escena: "¿Qué voy a hacer?").

Epílogo
La taberna de Luther.

Hoffmann dice a sus amigos que sus relatos han terminado y jura que nunca más amará, y que Olimpia, Antonia y Giulietta son tres facetas de la misma persona: Stella.
Los estudiantes se marchan, dejando a Hoffmann caído sobre la mesa, totalmente borracho, y Nicklausse se revela como la Musa "¿Y yo, la fiel amiga?"  y le pide a Hoffmann: "¡Renacer como poeta!", pero Stella se ha cansado de esperar a Hoffmann y al entrar en la taberna lo encuentra borracho.
Lindorf está esperando entre las sombras, se adelanta y Nicklausse y explica a Stella que Hoffmann ya no la ama más, y que el consejero Lindorf la está esperando. Hoffman se despide del amor: "¡Adiós! No deseo seguirte".
Algunos estudiantes entran en la habitación para seguir bebiendo, mientras Stella y Lindorf se marchan juntos.
Tiempo de duración 3hs

Intérpretes 
Hoffmann (Enrique Folger – Mariano Spagnolo), Lindorf/Coppélius/Depertutto/Miracle (Pol González – Felipe Cudina Begovic), Olympia (Laura Pisani – Natalia Quiroga Romero), Giulietta: Eugenia Fuente – Ivana Ledesma, Antonia (María Belén Rivarola – Carolina Gómez),
Nicklausse (Griselda Adano – Vanina Guilledo).
 Dirección musical: André Dos Santos. Dirección escénica: Ana D’Anna
Vestuario: María Jaunarena.
 Escenografía e iluminación: Gonzalo Córdova.
Un elenco de cualidades destacadas integrados en un trabajo homogeneo en conjunto destacan a ésta obra tanto en las buenas voces como en su trabajo escénico y actoral con una excelente dirección de arte y musical.
info@juventuslyrica.org.ar
http://www.juventuslyrica.org.ar/temporada.html juventus lyrica

domingo, 7 de septiembre de 2014

"Farinelli, el castrado" un musical barroco


Libro y Letras y dirección: Rolo Sosiuk

Música Original: Rodrigo Fornillo
Arreglos y Dirección Musical: Jorge Caldelari

Personajes
Carlo Broschi: Rodrigo Fornillo
Ricardo Broschi: Gonzalo Foncea
Alexandra: Penélope Bahl
Haendel: Miguel Angel Roa
Caterina Barrese: Georgina Frere
Salvatora Broschi: Eduardo Blanco
Pórpora: Christian Romano

Ensamble
Facundo Miranda – Luciana Torres
Daniel Cáceres – Francisco Cruzans – Leandro Anriquez
Facundo Cano – Sergio Grosso – Guillermo Jáuregui
Soledad Herrera – Lucía Andrada – Valeria Gómez
Romina Almirón – Giselle Ferlot – Bruno Barbato -

Músicos
Primer Violín: Jorge Caldelari
Segundo Violín: Lucas Sena
Cello: Eloisa Donatone
Viola: Sebastián Araujo
Piano: Daniel Macri

Producción Ejecutiva: Celeste Poceiro – Patricia Gutierrez
Producción General: Rodrigo Fornillo


Con un elenco de 21 artistas en escena, músicos en vivo integrando un cuarteto de cuerdas y un piano clavicordio, al estilo barroco junto a una ajustada puesta escenográfica, se estrenó el 5 septiembre el musical basado en la intensa historia de vida de el contratenor del más famoso drama de amores cruzados lleno de pasión, erotismo, engaños y seducción.
Farinelli era su sobrenombre del conocido Carlo Broschi, uno del más famoso mito de los cantantes castrados. Nació en Andria (Italia) en 1705 y falleció en Bologna en 1782.
Aunque la castración estaba penalizada, las autoridades de la época solían desapercibir y no perseguían éstos delitos. Lo más común era que sus familias los llevaran a la operación con el convencimiento de que sus hijos podrían convertirse en grandes cantantes, y muchos de los niños que provenían de familias pobres de los áridos campos de Nápoles, donde la esperanza de vida no llegaba más allá de los 30 años. Si el niño estaba dotado para el canto alcanzaría el reconocimiento, en cambio si las aptitudes vocales no llegaban al límite exigido se lo ordenaba para sacerdote para cantar en los coros de las iglesias.
Farinelli tenía una voz de maravillosa belleza con habilidades para la improvisación consideradas únicas, y su enorme talento lo llevó a obtener el reconocimiento del público y la crítica en toda Europa. Los más grandes compositores, productores y empresarios lo disputaban por tenerlo Incluso hasta los reyes pedían por él.
En la vida de Carlo Broschi su éxito profesional llegó más allá de lo pensado y su condición de castrado hizo de su vida, un mundo de relaciones personales inacabadas, grises, llena de dolor, celos y frustración.
Hacia finales del siglo XVI, el mundo musical de la Europa renacentista incorporaba un nuevo tipo de voces; los que eran jóvenes castrados antes de la pubertad y muy importantes para la música eclesiástica, porqué estaban prohibidas las voces femeninas. La práctica se introdujo oficialmente en 1599 cuando el Papa Clemente VIII quedó prendado por la dulzura y flexibilidad de voces angélicas, aptas para los coros litúrgicos y las óperas que muy pronto ganarían la escena. Los castrati despertaban una cautivante sensación de otredad para algunos y el horror para otros.

En contraposición al escasamente abordado confinamiento de Farinelli en la corte española, en pleno apogeo de su carrera, el film de Corbiau abunda en mostrarnos las variadas visitas de los hermanos Broschi a distintos escenarios europeos, matizado por episodios donde lo seductor de su talento servía de disparador para inumerables escenas amorosas, finalmente efectivizadas por su hermano Ricardo anatómicamente machista.
El primer film del director belga Corbiau fue "El maestro de música" de 1988, le siguió tres años después "El año del despertar" para luego en 1993 iniciar el rodaje de Farinelli, con la tecnología digital consigue fusionar las voces del soprano, Ewa Mallas-Godlewska y el contratenor Derek Lee Ragin en un intento de reconstruir lo que habría sido en realidad el canto de Farinelli.
Año: 1994. Bélgica, Italia, Francia y EEUU.
Director: Gérard Corbiau. 
Fotografía: Walter Vanden Ende. 
Música: Temas clásicos de Haendel y otros . 
Montaje: Joëlle Hache. 
Guión: Marcel Beaulieu, Andrée y Gérard Corbiau. 
Intérpretes: Stefano Dionisi (Carlo Broschi - Farinelli), Enrico Lo Verso (Riccardo Broschi), Elsa Zylberstein (Alexandra), Jeroen Krabbé (George Frederic Handel), Caroline Cellier (Margareth Hunter), Renaud du Peloux de Saint Romain (Benedict), Omero Antonutti (Nicola Porpora), Marianne Basler (Condesa Mauer) Pier Paolo Capponi (Broschi) Graham Valentine (Príncipe de Gales), Jacques Boudet (Felipe V), Delphine Zentout (joven admirador), y Josef Betzing,Stefan Mazel, Harold Gotz, Alfonso Ansejo y otros. 
Duración: 111 minutos.
Según Porpora, el motivo por el cuál adopta el nombre de Farinelli, para diferenciarse de la competencia entre los teatros donde se presentaba a Farinelli o se ejecutaba la música de un Haendel; pese a la gran gravitación de su hermano Ricardo, y el tratamiento de los largos años transcurridos en España con el Cine se consiguió plasmar muy efectistas los numerosos encuentros sexuales de Farinelli al menos más creíbles en términos reales.
El carácter orgulloso y despótico del genial sajón está encarnado por Krabbé: en la película con muchas imágenes de "impacto", que sirven como ejemplo aquella en la que Haendel aplasta un insecto mientras habla con los hermanos Broschi: el mensaje subyacente pudiera ser: "Así podría hacer también con vosotros".
Al final, Riccardo acudirá a buscar a su hermano, que vive retirado en Madrid cantando sólo para distraer a Felipe V, para intentar la reconciliación.


En 1995 fue nominada al Oscar a la Mejor Película Extranjera,ya que  Corbiau presenta una excelente puesta en escena destacando el perfecto equilibrio entre los momentos más íntimos con el despliegue de los momentos musicales, que podría considerarse una auténtica maravilla sonora y por ser de cautivante belleza artística con su impecable recreación de la época del siglo XVIII, pero no obstante ganó el Globo de Oro a la Mejor Película Extranjera.

Funciones: viernes a las 22.45hs.
Teatro Empire – H. Yrigoyen 1934 (esq. Riobamba) – CABA