Una comedia dramática que invita al público a formar parte de un estudio de televisión, con todos los preparativos donde permitirá transcurrir un reportaje en vivo, entre un exitoso y popular conductor televisivo Alejandro “Ruso” Levi, y un empresario con aspiraciones políticas Horacio Carreras, un empresario minero y dueño del canal en el que se emite el programa, al decidir lanzar su campaña política en un medio de comunicación que cree, será complaciente a sus aspiraciones.
La obra comienza con los preparativos de la asistente de producción y posterior desarrollo en un ajustado y verosímil programa televisivo, al “desnudar” el mecanismo que se pone en marcha detrás de un proceso de revisión de ribetes actuales informativos en cuál los medios vienen siendo objeto desde años en el país y lo que la gente en sus casas puede ver a través de la pantalla de su TV.
Entre risas, tensiones y un reportaje que abandona el “protocolo” "El reportero" pone al descubierto el estrecho vínculo existente entre poder, medios y política, al exponer que esa relación se modifique por las circunstancias para llegar a una tragedia final.
La obra tiene la particularidad de hacer un programa de TV con una actuación teatral, sin estar exentos de las cámaras que toman los gestos que se reproducen en vivo para la platea a través de las pantallas y al momento en que se genera algún escándalo, elige ver los monitores en vez de hacerlo por vía directa, a través del escenario y sin mediatización alguna.
Esa relación teatral-televisiva de la obra es una exigencia actoral doble y nueva como un ejercicio actoral muy interesante al que acompaña también Sergio Oviedo.
Chiqui Abecasis encarna el rol del conductor: Alejandro “Ruso” Levi, junto a Omar Vitrulo interpreta a Horacio Carreras dueño de un emporio que supo coquetear con la política y que se caracteriza por no dar entrevistas a los medios masivos de comunicación, pero accede al ser invitado por la producción de Levi donde irá desenmarañando la vida del personaje en una labor periodística de investigación en un aquelarre risueño, saldrá a relucir cuestiones que faltan a la ética y la moral en un relato que se remite a cuestiones del pasado de los argentinos en medio de la ficción, al dejar la puerta abierta a muchos cuestionamientos vinculados a la relación de los políticos y los medios, donde cada uno tomará partido y hará su propio análisis al poner en cuestión la manipulación de la información.
Las interpretaciones principales son certeras a los roles propuestos, el resto del elenco acompaña a tono para sumar credibilidades a la situación de estudio en vivo y en directo.
En la propuesta cobra importancia el Rating y el uso de las redes sociales, para estar en contacto con el público, a modo de crítica y parodia a la televisión actual.
"El Reportero" desarrolla una idea del Chino Volpato y Diego Arandojo, como una propuesta diferente y original con una jugada de ribetes arriesgados con buenas intenciones, en la cuál ofrece una estructura teatral diferente para el espectador, tener otra mirada al profundizar como se trabaja en algunos medios, de contextos políticos y económicos donde se determinan las estrategias. Una comedia dramática que invita al público a reir con certera interpretación de los roles así como los chistes que cuenta el arcángel desde el purgatorio, tan reales como ocurren en la vida misma entre risas y aplausos, entre bloques y pausas comerciales, viviremos una experiencia con una propuesta que cobra la importancia del Rating a modo de crítica y parodia.
En la obra se destaca el trabajo detallista del diseño de escenografía realizado por Mauro Savarino y Juan Aristegui y la dirección de Reynaldo Alcaraz.
El reportero es una propuesta diferente a lo que se puede disfrutar en la calle Corrientes. Una jugada arriesgada con buenas intenciones, que le ofrece un producto diferente al espectador. Para tener otra mirada de la forma en la que se trabaja en algunos medios y de los contextos políticos y económicos que determinan lugares estratégicos.
La obra comienza con los preparativos de la asistente de producción y posterior desarrollo en un ajustado y verosímil programa televisivo, al “desnudar” el mecanismo que se pone en marcha detrás de un proceso de revisión de ribetes actuales informativos en cuál los medios vienen siendo objeto desde años en el país y lo que la gente en sus casas puede ver a través de la pantalla de su TV.
Entre risas, tensiones y un reportaje que abandona el “protocolo” "El reportero" pone al descubierto el estrecho vínculo existente entre poder, medios y política, al exponer que esa relación se modifique por las circunstancias para llegar a una tragedia final.
La obra tiene la particularidad de hacer un programa de TV con una actuación teatral, sin estar exentos de las cámaras que toman los gestos que se reproducen en vivo para la platea a través de las pantallas y al momento en que se genera algún escándalo, elige ver los monitores en vez de hacerlo por vía directa, a través del escenario y sin mediatización alguna.
Esa relación teatral-televisiva de la obra es una exigencia actoral doble y nueva como un ejercicio actoral muy interesante al que acompaña también Sergio Oviedo.
Chiqui Abecasis encarna el rol del conductor: Alejandro “Ruso” Levi, junto a Omar Vitrulo interpreta a Horacio Carreras dueño de un emporio que supo coquetear con la política y que se caracteriza por no dar entrevistas a los medios masivos de comunicación, pero accede al ser invitado por la producción de Levi donde irá desenmarañando la vida del personaje en una labor periodística de investigación en un aquelarre risueño, saldrá a relucir cuestiones que faltan a la ética y la moral en un relato que se remite a cuestiones del pasado de los argentinos en medio de la ficción, al dejar la puerta abierta a muchos cuestionamientos vinculados a la relación de los políticos y los medios, donde cada uno tomará partido y hará su propio análisis al poner en cuestión la manipulación de la información.
Las interpretaciones principales son certeras a los roles propuestos, el resto del elenco acompaña a tono para sumar credibilidades a la situación de estudio en vivo y en directo.
En la propuesta cobra importancia el Rating y el uso de las redes sociales, para estar en contacto con el público, a modo de crítica y parodia a la televisión actual.
"El Reportero" desarrolla una idea del Chino Volpato y Diego Arandojo, como una propuesta diferente y original con una jugada de ribetes arriesgados con buenas intenciones, en la cuál ofrece una estructura teatral diferente para el espectador, tener otra mirada al profundizar como se trabaja en algunos medios, de contextos políticos y económicos donde se determinan las estrategias. Una comedia dramática que invita al público a reir con certera interpretación de los roles así como los chistes que cuenta el arcángel desde el purgatorio, tan reales como ocurren en la vida misma entre risas y aplausos, entre bloques y pausas comerciales, viviremos una experiencia con una propuesta que cobra la importancia del Rating a modo de crítica y parodia.
En la obra se destaca el trabajo detallista del diseño de escenografía realizado por Mauro Savarino y Juan Aristegui y la dirección de Reynaldo Alcaraz.
El reportero es una propuesta diferente a lo que se puede disfrutar en la calle Corrientes. Una jugada arriesgada con buenas intenciones, que le ofrece un producto diferente al espectador. Para tener otra mirada de la forma en la que se trabaja en algunos medios y de los contextos políticos y económicos que determinan lugares estratégicos.
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