
"Asi es nuestro folklore, cuando "Calla el cantor" le crece el silencio, y la boca del pueblo le sale a cantar", decía Mercedes Sosa que había venido a éste mundo a cantar el folklore de su tierra tucumana y cumplió con la misión de desparramar su canto, esa semilla que también dejó por el mundo entero con personal voz. Fue la voz de América, y de la tierra de la pachamama que se hizo la canción popular argentina. En su voz todas las voces y la memoria confluían con profunda naturalidad y belleza.
Decía Mercedes que las cuerdas vocales eran apenas un instrumento que le servía para traducir sus sentimientos, los recuerdos, las emociones de una vida, las imágenes en el pobrerío, la soledad, las penas del exilio y las alegrías, en definitiva todo lo que había vivido.
Fue un espejo, donde cabía el dolor, la esperanza y la belleza del ser humano. Dejó las últimas grabaciones de Mercedes Sosa como anticipo de su despedida con Charly García y Luis Alberto Spinetta hasta pocos días antes en que dejó su postrer homenaje en vida seguir cantando.
En el historial de su vida Mercedes Sosa fue más que una cantante folklórica, de joven le gustaba la velocidad, las empanadas de su madre y el whisky. Ya mayor, se recostaba en la lectura, en algunas pocas amigas y en la radio, su medio de comunicación preferido al eligir la serena soledad en su casa. Estudiosa de la música clásica pese a su genio natural y al prodigio de su voz que educaba diariamente sus cuerdas vocales.
La militancia política la prohibió, pero el exilio y regreso en 1982 le otorgaron una dimensión mítica y se configuró así una figura idolatrada en todo el mundo, con un poderoso componente simbólico: aquí y en Europa.
Mercedes Sosa fue sinónimo de lucha, resistencia y libertad y sus canciones así lo expresaban con humildad rural y mundana, agreste y sofisticada, pero como la cantante argentina más importante de la historia.

Su voz estará acompañada ahora por un coro de ángeles que le cantarán, ya que de aquí se fue de novia por la vida, y conservaremos nosotros en nuestros oídos la imborrable dulzura de su canto que solo brinda la generosidad de la madre tierra que la recibirá allí, donde serán esparcidas sus cenizas.
ver sitio propio en; http://www.mercedessosa.com.ar/marcosmaster.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario